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viernes, 30 de marzo de 2012

SIN RETORNO

Cada día, en la soledad de mi automóvil de camino al trabajo, acompañado de un sonido de fondo por un señor que sólo se dedica a dar malas noticias, que la mayoría de las veces no logro entender, a mi cabeza y mi imaginación inquieta les cuesta permanecer en estado de reposo. Hay momentos en los que intento abstraerme de todo, obligando a mi mente a no pensar, a olvidarme del mundo que me rodea, de tener esos quince minutos de paz y quietud en los que sienta el placer de encontrarme conmigo mismo, de sentir la soledad total. Hasta ahora, nunca lo he conseguido, y estoy convencido que mientras más lo intento, peor. Me he dado cuenta que nunca podré estar solo, no sé si será bueno o malo, no sé si podré llegar a hacerlo algún día. Vienen a mi mente, sin llamarlos, pensamientos tanto positivos como negativos, ideas vanas o ideas geniales, que una vez acabado el trayecto, se difuminan para no volver.
Es así cada día. En mis cuatro trayectos de quince minutos, pienso qué sería de mi vida sin mi esposa. Si no la hubiera llegado a conocer; si aquel mal sueño que pasamos nos hubiera vencido; en el amor tan inmenso que sentimos el uno por el otro. En nuestros hijos, que, aunque de vez en cuando nos dan algún que otro disgusto, lo que siempre quedará es la alegría y el orgullo que sentimos de verlos crecer sanos y fuertes, felices, luchando cada día por sacarlos adelante.
Pienso si algún día, algún tarado, de los muchos que hay sueltos al volante, me llevará por delante, acabando con todos mis sueños, con todas las  inquietudes y planes de futuro que rondan por mi cabeza. Imagino cómo sería la vida de mis seres queridos si yo faltara, imágenes que rápidamente intento borrar de mi cabeza, para centrarme en esa línea blanca pintada en el asfalto que me lleva a mi destino.
Aquel día, como tantos otros, me despedí de mi esposa, para recorrer ese camino que ya conocía como la palma de mi mano.
― Cuando llegue te aviso, cariño, como siempre ― le dije dándole un cariñoso beso en los labios.
―De acuerdo, y no corras. Llámame ― se despidió con una suave caricia en mi rostro.

Me monté en mi coche. Arranqué, y cómo no, aquella voz que me resultaba ya tan familiar, anunciaba una huelga general para los próximos días. <<Estamos apañados>> ―Pensé.
Salí a la carretera, pensando ya en el próximo viaje que teníamos preparado para el fin de semana.

― ¡Que hijo de puta, mira que adelantar en línea continua! ¡Menudo susto me ha dado el cabronazo! Bueno, seguiré adelante, que ya falta poco. Estoy bien, tranquilo, todo ha pasado.
El viaje se me está haciendo eterno. Pero, esto que siento... Nunca lo he sentido, no pienso en nada, ¿será esto la soledad absoluta?

Suena el móvil, ¿quién será?, es mi mujer, que raro, acabo de salir.

― Ahora te llamo cuando llegue, ¿vale? ― silencio al otro lado ―.  ¿Me oyes, cariño? ― Más silencio.

11 comentarios:

Beg dijo...

No se que decir, primero que la soledad es mortal, que olvidarse del mundo es muy ingrato porque muchas veces en el viaje a tú interior te encuentras demasiados obstáculos y es dificil volver....y que me da miedo...¿porque no contesta?????

Iseo dijo...

A mi me gustaría tener un interruptor y poder apagarlo de vez en cuando.
Otra cosina, por que no lo has terminado? Qué quieres, tenerme toda la noche en ascuas sin dormir? jajajajajaja
Ana Iseo

mamen matamoros dijo...

Me inquieta mucho este relato....y no sé si podré leerlo más.Demasiado real para poder entenderlo.De todas formas cada día lo haces mejor.

Beg dijo...

Que desconsiderada contigo Miguel, perdóname, el relato me ha dejado KO, por su profundidad y su realismo y en vez de decírtelo me pongo a escribir mis pensamientos. Me ha llegado a lo mas profundo de mi ser...

María Angélica Teherán dijo...

Está muy fuerte.... Mucho... Pero me ha gustado...Mucha nostalgia....

Caaj.- dijo...

Macho, me has dejado con el suspense, hasta cuando tu creas oportuno seguir con este relato, espero que sea pronto, por que si no tendre que imaginarmelo yo.

Animo y sigue así...date prisa en acabarlo...

Un abrazo.-

Anónimo dijo...

Bien Zambrano, bien, estas en el buen caminito.Pilar

mientrasleo dijo...

Hola Miguel, hoy no te digo macho ni colega.
Hoy te has marcado todo un relato, has dejado a la gente vacía. Solo te hago una pregunta:
¿quién dijo que lo hermoso sólo pudiera ser además bonito?
Bien por tí.
Besos

MARTA dijo...

Muy bonito... Me encanto de verdad... Hasta el punto de llorar... Yo TAMBIEN pienso en el futuro y en
El pasado... Tengo miedo de perder a mis hijos... Quiero perder de vista a mi marido... Pero todo llegara... Me encanto expresas muy bien tus sentimientos ... Muackkkkkkk

Nuria Lourdes dijo...

Antes que nada, felicitarte por la esa hermosa entrada, lleno de profundidad y sentimiento.
Es verdad, que a veces nos sentimos solos, también es verdad que a veces queremos tener un momento para nosotros mismos... y aunque no se da, por las múltiples tareas del diario vivir, es bueno saber, que hay alguien, que siempre nos espera, como la hermosa familia que tienes y por la que vivimos.
Te dejo un cálido abrazo desde mi Perú, fue grato estar aquí, en tu agradable espacio.

mari benito dijo...

me ha encantado , te deja ,sin saber que pensar , sobrecogida ,vas a seguir el relato o nos quedamos con esta incertidumbre?