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viernes, 9 de marzo de 2012

SIN COMENTARIOS...

Me paro a pensar, concentrado, y no encuentro la forma ni la manera de escribir alguna pequeña historia de las mías, en la que no aparezca alguna situación real, algún personaje que no haya conocido antes, algo que no tenga que ver con mis sentimientos, con mi vida privada. No sé si a todo el que escribe le pasará lo mismo, pero yo, he de reconocerlo, no sé como hacerlo... Al menos de momento.

Una cosa sí que sé, algo en mi interior ha cambiado. A mis casi cuarenta años, que ya van siendo unos poquitos, me he dado cuenta de un tiempo a esta parte que tengo la sensibilidad a flor de piel, que las lágrimas brotan en mis ojos con una facilidad que nunca antes me hubiera imaginado, me he dado cuenta que en la vida hay historias mucho más importantes que las pequeñas cosas que muchas veces llamamos problemas, tanto para bien como para mal.

Me emociono viendo cómo mi hija corre en su primera carrera, al descubrir que uno de los hijos de mi mujer, mi hijo, come los garbanzos de la misma forma que yo, me emociono viendo como mi equipo de fútbol salta al campo a disputar un partido, ¿Habré visto partidos de fútbol en mi vida? miles. Pero la sensación de ver cumplido un sueño de uno de los mios, ver esa carita sonriendo, disfrutando, gozando con lo que estaban viendo sus minúsculos ojillos, es algo que nunca había sentido, no sabía porqué pero lloraba emocionadamente.

Un problema es, cuando te dan una noticia de las que te estremecen el alma.

- Su mujer tiene un carcinoma, no se preocupe que todo va a ir bien.

Ese es un problema, y como tal hay que afrontarlo, luchando, con ánimo, sin desfallecer ni física ni psicologicamente, sirviendo de apoyo moral a la persona que en esos momentos está pasando por una de las peores experiencias de su vida, llorando cuando hace falta y otras veces sacándole la punta de humor a la historia.

Cuando se supera este problema, es cuando no encuentras palabras que puedan describir la sensación de alivio que se te mete en el alma, es como conseguir una segunda oportunidad en la vida, que solo pueden entender los que hayan conseguido superar a este enemigo.

Siempre voy a escribir lo que me dicte el corazón, no se hacerlo de otra manera, le guste a quién le guste y le pese a quién le pese.

                                       Sin comentarios....





















































10 comentarios:

Iseo dijo...

Y lo que nos gusta a unos cuantos que escribas así jermoso.
Ana Iseo

Miguel Ángel Zambrano García dijo...

Gracias Ana. Ya lo has visto??? Si todavía ni lo he publicado por ahí¡¡¡

Beg dijo...

Y yo que te adoro por eso mismo porque en lo que escribes se ve tu corazón. Un corazón con patas es lo que eres. Rie y el mundo reirá contigo, llora y avisame que yo estaré ahí. Un besazo, Feliz fin de semana familia.

Beg dijo...

Se me olvido...sin comentarios

Maria dijo...

La motivación que a veces inspira a crer algo, es la euforia o la tristeza.
A ver cuando te decides a escribir ese gra libro que tod@s estamos esperando. Lo tuyo es escribir, no te hagas de rogar, Miguelon !!!!

FELIX JAIME dijo...

Un corazón con patas...JAJAJA, me ha hecho gracia el mote que te ha encasquetado BEG. Me parece que lo vas a llevar puesto mucho tiempo, macho.

Miguel, lo único que te está ocurriendo, és que estás descubriendo conscientemente lo que realmente es importante en la vida, y eso te hará llorar y te hará reír. Te hará, en definitiva, vivir.

Un abrazo por escribir como escribes y por ser como eres.

Daniel Rubio dijo...

sin comentarios... ¿Escribir lo que te dicta el corazón e inventar en base de gente que conoces o has conocido? ... sin comentarios...

Perro Gemelo dijo...

Siempre ha de ser así: descargar la imaginación en el papel

fus dijo...

Tal vez con los años nos hacemos mas sensibles y empezamos a saborear la vida desde otra dimensiòn, los problemas graves lo soportamos mejor aunque a veces te desrrumbre y tengas que volver a levantarte y seguir el camino que te marcan las circunstancias. Pero tu escribes lo que te dicte tu razòn y a veces el corazòn.

un abrazo

fus

mientrasleo dijo...

Hola Miguel, y no dejes de emocionarte, que tal vez sea de esa emoción de donde brotan tus palabras.
Un beso tío