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domingo, 22 de abril de 2012

EL AULLIDO DEL LOBO

Había una vez, una niña llamada Eva, su cabello era negro como el carbón, y sus ojos oscuros como el azabache. Tenía la piel blanca como las nubes del cielo y sus labios rojos como los fresones.
Eva era una niña valiente y un tanto alocada,siempre estaba buscando aventuras, por lo que, cada vez que salía del colegio, se dirigía a su casa, comía rápidamente y salía disparada a la sierra que había cerca de su casa. Allí imaginaba que estaba en mitad de la selva, veía en su mente a monos saltando de rama en rama, en cualquier pajarillo creía ver un ave rapaz de grandes dimensiones, y así, se le pasaban las horas sin darse cuenta.

Muchos días, le acompañaba en sus aventuras su hermano David, que era un año mayor que ella. También tenía el cabello oscuro y los ojos marrones de forma almendrada. Era algo más tímido y menos alocado que su hermana. Una tarde, salieron juntos a la sierra, y de repente, escucharon a lo lejos unos fuertes aullidos de dolor. Se dirigieron rápidamente hacía el sitio donde provenía ese sonido tan escalofriante. Una vez alcanzada la cima del monte, vieron como un lobo estaba atrapado en un cepo y se retorcía de dolor. Se acercaron un poco más, y pudieron ver que tenía una pata rota, y sangraba abundantemente. Decidieron ir en busca de ayuda rápidamente. Al llegar a su casa, informaron a su padre de lo que habían visto, y éste, sin dudarlo ni un momento, salió acompañado de los niños, en busca de la ayuda de un veterinario. Cuando le encontraron, se encaminaron sin pérdida de tiempo, dirigidos por Eva y su hermano David, al lugar donde se encontraba el lobo. Conocían aquel lugar perfectamente y enseguida encontraron al pobre lobo herido. Entre el veterinario y el padre de los niños, consiguieron abrir el cepo. El veterinario taponó la herida de la pata del lobo, y se lo llevaron a su clínica. Allí más tranquilamente, entablilló la pata del lobo, y consiguió calmar los aullidos de dolor.
Eva le dijo a su padre que se llevaran al lobo a casa de su abuelita, mientras éste se reponía. A su hermano David se le ocurrió una fantástica idea. Llevarían al lobo a un parque natural que había en un pueblo cercano, y así, Eva y él, podrían ir de vez en cuando a visitarlo, en un sitio donde su nuevo amigo, estaría bien cuidado y protegido de las trampas de los cazadores.

7 comentarios:

MARTA dijo...

Madre mia que bonito... Sabes en la situación que estoy y me enternece mucho tu historia... La foto me impacto no soporto pensar que los animales por el motivo que sea sufran... Precioso relato... Muackkkkk xdxdxdx

Ana Iseo dijo...

Bonita historia, ya me imagino a Eva dentro de unos añitos, pocos, escribiendo como su padre.

Daniel Rubio dijo...

Me ha encantado amigo. Supongo que ya sabrás mi empatía hacia los animales, y este cuento me ha llegao.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Mucho mejor este cuento.Pilar G.

MARTA dijo...

Quiero ser la primera en felicitarte porque tu cuento esta siendo leído en colegios de Argentina... Muackkkk

kitpu dijo...

Precioso, lo imprimo con tu permiso y lo añado a la biblio de mi peque.

Miguel Ángel Zambrano García dijo...

Permiso concedido, y muchas gracias a todos y a todas